Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no representan necesariamente la posición de Positive Women’s Network – USA.
June 1, 2018
by Rosa Rivera Avilés
Que significa para mi ser un “long-term survivor”? Wao; el VIH llegó a vivir a mi casa (cuerpo), en el 1997, 21 años atrás, ya es mayor de edad. No sabía nada sobre VIH, sólo que decían que era VIH-SIDA-MUERTE, así que pensé que me quedaban seis meses de vida. A dos meses de depresión profunda recordé que el conocimiento te apodera y decidí aprender sobre el VIH. Comencé a asistir a múltiples conferencias, conocer muchos activistas etc, pero al llegar a mi casa analizaba toda la información y comencé a darme cuenta que no todo lo que se escribe o se dice, nos aplica. El virus se torna único, personal, cuando se introduce en ti, entonces debía conocerlo a él como ser único.
Lo llamé Crunch, es mi huésped así que debo saber cómo tener una conversación productiva con él; no puedo odiarlo, porque es parte de mí; esa acción fue impresionante para poder apoderarme. Descubrí que no necesito de el para vivir, pero él si necesita de mi para hacerlo, siendo así, el control es mío, no de él. Luego llegó la temporada de lo “Smart” y decidí que tal cual cambié mi televisor por uno “Smart” tenía que lograr que Crunch fuese “Smart”. Entonces es tu decisión si tienes un huésped “inteligente” o “bruto’, si es inteligente no te matará, porque de hacerlo, moriría también y no queremos un huésped suicida.
No es fácil tener un diagnóstico positivo a VIH y hacerlo público cuando se vive en una sociedad que ha estigmatizado el virus de la manera más degradante, pero es labor de todos trabajar para erradicar el estigma. Cada cual decide cómo afronta su vida, yo prefiero ser disidente y expresar mi perspectiva porque sé que a la larga funciona.
Para erradicar el estigma es necesario eliminar los “closets” que nos encasillan, no es necesario revelar un diagnóstico, pero, ¿por qué debo ocultar el mismo? No soy menos por tener un diagnostico positivo. Hay que cambiar conceptos que continuamos usando y que sin darnos cuenta abonan a que continúe el estigma. No fuimos “infectados” o podemos “infectar” a alguien, se nos transmitió el virus o podríamos transmitirlo sino nos mantenemos indetectables. No soy VIH, el VIH no me define, soy mujer, eso sí me define. No vivo con VIH, es el quien vive conmigo. Gracias a él hoy soy una logn-tern survivor, al igual que él lo es